"Llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus malos. Les ordenó que no llevaran nada para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni morral, ni dinero; que llevaran calzado corriente y un solo manto. Y les decía: «Quédense en la primera casa en que les den alojamiento, hasta que se vayan de ese sitio. Y si en algún lugar no los reciben ni los escuchan, no se alejen de allí sin haber sacudido el polvo de sus pies: con esto darán testimonio contra ellos.» Fueron, pues, a predicar, invitando a la conversión. Expulsaban a muchos espíritus malos y sanaban a numerosos enfermos, ungiéndoles con aceite".

Marcos 6:7-13

Abordaremos brevemente el presente relato. Ciertamente, Jesús reunió en torno a sí a un grupo grande de discípulos, hombres y mujeres que lo seguían y escuchaban, al mismo tiempo compartían la esperanza de la llegada del Reino de Dios prometido. De estos eligió a Doce para una tarea especial descrita en nuestro texto: "Fueron, pues, a predicar, invitando a la conversión. Expulsaban a muchos espíritus malos y sanaban a numerosos enfermos" (v.12s). La estudiosa española Carmen Bernabé (2009) concuerda con la mayoría de los especialistas cuando dice que la elección de los Doce constituyó un símbolo de la reunificación de las Doce tribus de Israel, como signo de la llegada de los tiempos finales de la restauración de la nación judía. La elección de los Doce parece ser, sin duda, un hecho histórico.   

Lo que no es tan seguro es que si la costumbre de ir a predicar "de dos en dos" se remonta realmente a Jesús como un mandato suyo. Algunos textos del Nuevo Testamento nos dan algunas pistas de esto último:

"Un día, mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo les dijo: «Sepárenme a Bernabé y a Saulo y envíenlos a realizar la misión para la que los he llamado.»" Hechos 13,2.

"Pues donde están dos o tres reunidos en mi Nombre, allí estoy yo en medio de ellos." Mateo 18,20.

Quizás Jesús les dejó la costumbre de andar en pequeños grupos para asumir la tarea de la predicación, y Marcos recoge ese recuerdo en esta historia. Sin embargo, los autores suponen también que Marcos pudo trasladar hacia Jesús en forma de mandato una antigua tradición judía sobre los testigos para los acontecimientos importantes. Según el Antiguo Testamento:

"Exigirás las declaraciones de dos o tres testigos para condenarlos a muerte. Nadie será condenado a muerte por la acusación de un solo testigo". (Deuteronomio 17,6)

"Un solo testigo no es suficiente para condenar a un hombre, sea cual fuere el delito o falta de que se le acusa; sólo por el testimonio de dos o tres testigos se decidirá la causa". (Deuteronomio 19,15)

"Josué hizo salir secretamente desde Setim a dos exploradores con la siguiente orden: «Vayan y observen bien el terreno y la ciudad de Jericó.»" Josué 2,1

"¿Emprenden, acaso, dos hombres juntos el camino sin haberse puesto antes de acuerdo?". (Amós 3,3)

La historia de Tobías es el mayor ejemplo de trabajo solidario entre dos personas. Para Israel, por lo tanto, no era una novedad la experiencia del camino compartido o la atestiguación múltiple.

Sobre el envío de los apóstoles en misión, una pregunta surge inesperada: ¿Qué intención tuvo Jesús para decidir tal empresa? Tal vez la idea de llevar su predicación a más lugares y en el menor tiempo posible se impone sobre la teoría de algún autor que supone que Jesús quiso tomarse un tiempo de descanso y meditación. Jesús buscó darle cumplimiento a su propio plan:  

"Así instituyó a los Doce (a los que llamó también apóstoles), para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, dándoles poder para echar demonios". Marcos 3,14s.

Puede leerse, finalmente, los textos paralelos de esta misma historia, Mateo 10,10, Lucas 9,3. 10,4. Notaremos de inmediato algunas diferencias. Mientras que en el texto de Marcos, Jesús permite el bastón y las sandalias (v.8s), en la redacción de Mateo y Lucas estos elementos también están prohibidos. Debido al carácter extremo y exigente de Jesús, se piensa que las prescripciones descritas en Mateo y Lucas son las originales demandadas por Jesús. Posiblemente Marcos suavizó estas obligaciones por alguna razón circunstancial. Otros expertos piensan lo contrario: tal vez Mateo y Lucas endurecieron las exigencias del Maestro. Pero, como explica Schmid, estas diferencias no significan ninguna contradicción en el deseo de Jesús de enviar a sus apóstoles con la mayor austeridad y sencillez a su trabajo misionero.  

Finalmente y como detalle interesante, Jesús envía a sus apóstoles a sanar enfermos. A diferencia del mismo Jesús que sana sin artilugios, los apóstoles usarán aceite. No era tampoco inusual en la vida de los judíos el empleo de aceite como tratamiento médico. En este caso, los apóstoles de Jesús no tiene poder en sí mismos, el aceite simboliza su poder contra el mal y la enfermedad. Algunos autores sospechan que este hecho puede ser el origen del sacramento de la unción de los enfermos antes del famoso texto de la carta de Santiago 5,14s.

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