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La hemorroísa y la hija de Jairo: milagros de Jesús

Sobre la historicidad de los relatos de milagros en Marcos.

Publicado: 2015-06-30
¿Cuál es el origen de los relatos de los milagros de Jesús? Una mirada desde la crítica histórica a las historias de la hemorroísa y la hija de Jairo.
la CITA
Jesús, entonces, atravesó el lago, y al volver a la otra orilla, una gran muchedumbre se juntó en la playa en torno a él. En eso llegó un oficial de la sinagoga, llamado Jairo, y al ver a Jesús, se postró a sus pies suplicándole: «Mi hija está agonizando; ven e impón tus manos sobre ella para que se mejore y siga viviendo.» Jesús se fue con Jairo; estaban en medio de un gran gentío, que lo oprimía. Se encontraba allí una mujer que padecía un derrame de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho en manos de muchos médicos y se había gastado todo lo que tenía, pero en lugar de mejorar, estaba cada vez peor. Como había oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto. La mujer pensaba: «Si logro tocar, aunque sólo sea su ropa, sanaré.» Al momento cesó su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba sana. Pero Jesús se dio cuenta de que un poder había salido de él, y dándose vuelta en medio del gentío, preguntó: «¿Quién me ha tocado la ropa?» Sus discípulos le contestaron: «Ya ves cómo te oprime toda esta gente: ¿y preguntas quién te tocó?» Pero él seguía mirando a su alrededor para ver quién le había tocado. Entonces la mujer, que sabía muy bien lo que le había pasado, asustada y temblando, se postró ante él y le contó toda la verdad. Jesús le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda sana de tu enfermedad.» Jesús estaba todavía hablando cuando llegaron algunos de la casa del oficial de la sinagoga para informarle: «Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar ya al Maestro?» Jesús se hizo el desentendido y dijo al oficial: «No tengas miedo, solamente ten fe.» Pero no dejó que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Cuando llegaron a la casa del oficial, Jesús vio un gran alboroto: unos lloraban y otros gritaban. Jesús entró y les dijo: «¿Por qué este alboroto y tanto llanto? La niña no está muerta, sino dormida.» Y se burlaban de él. Pero Jesús los hizo salir a todos, tomó consigo al padre, a la madre y a los que venían con él, y entró donde estaba la niña. Tomándola de la mano, dijo a la niña: «Talitá kumi», que quiere decir: «Niña, te lo digo, ¡levántate!» La jovencita se levantó al instante y empezó a caminar (tenía doce años). ¡Qué estupor más grande! Quedaron fuera de sí. Pero Jesús les pidió insistentemente que no lo contaran a nadie, y les dijo que dieran algo de comer a la niña.
Marcos 5,21-43
Dos relatos diferentes y separados
Los estudiosos llaman a este estilo de relatos: "emparedado" o "interposición", porque se narra una historia en medio de otra. Existen unos cuantos ejemplos de este estilo literario en el evangelio de Marcos, sin mencionarlos les dejaré las citas para que investiguen un poquito (cf. Marcos 3,20-35; 11,12-25; 14,53-72) Este detalle hace que nos preguntemos por el relato original: ¿Es un relato de Marcos? ¿Es un relato anterior a Marcos? ¿Los dos relatos siempre estuvieron juntos? Los autores creen que si lográramos acercarnos al relato original podríamos encontrar la huella histórica de Jesús. Por la tanto, y para comenzar, la mayoría de los estudiosos se inclina por el origen diferente de cada historia, ambos relatos eran distintos y estaban separados. En lo que no se ponen de acuerdo es en precisar quién los unió y cuándo. No existe consenso, pudo haber sido Marcos (lo que es más probable) o estaban unidos ya en una tradición anterior. Algunos datos nos alumbran: los relatos hablan sobre dos mujeres, una adulta mayor y una niña; los gestos de los beneficiarios del milagro son de súplica y de rodillas (cf. v.22 y v.33); hay un esfuerzo del relator por hacernos saber que el milagro es producto de la fe; la mujer ha estado enferma durante 12 años, la niña enferma tiene 12 años. Tantas coincidencias nos dan una idea de la maniobra del relator por unir las dos tradiciones, tal vez, con el objeto de mostrarnos una imagen concreta de Jesús y de lo que hace falta para que él actúe en las personas. A esto podemos sumar algunos detalles finales que comprobarían la labor de Marcos como redactor modificando las historias originales: para los estudiosos suenan absurdas las órdenes de Jesús (v.43: "Jesús les pidió insistentemente que no lo contaran a nadie", "les dijo que dieran algo de comer a la niña"), una niña estaba muerta y él la resucitó, a menos que los padres oculten a la niña por mucho tiempo no se entiende cómo podrían guardar el secreto de tal evento al resto del vecindario. Esto solo se entiende imaginándonos a Marcos insertando a toda fuerza su "secreto mesiánico", principal característica de su evangelio, en un relato que no lo contenía. De igual forma, la orden de darle de comer carece de sentido en un contexto de gran asombro (v.42: "quedaron fuera de sí"), no se sabe si Marcos la incluyó para demostrar que la niña resucitada es ella misma y no un fantasma, o a Jesús le resulta tan natural resucitar personas que no repara en la estupefacción de los padres ante el milagro. Ahora vayamos a cada historia por separado.
La hemorroísa

Según el Levítico, una mujer con hemorragias es impura. Aquí les dejo el texto para que lo disfruten:  

"Si una mujer tiene derrame de sangre durante muchos días, fuera del tiempo de sus reglas, o si éstas se prolongan, quedará impura durante todo este tiempo, como en los días del derrame menstrual. Toda cama en que se acueste mientras dure su derrame será impura, como la cama en la que estuvo en tiempo de sus reglas, y cualquier mueble sobre el que se siente quedará impuro igual. Quien los toque quedará impuro; deberá lavar sus vestidos y bañarse, y quedará impuro hasta la tarde. Una vez que sane de su derrame, contará siete días, quedando después pura". Levítico 15,24-28.

La mujer es impura porque lo dice la Ley, no porque realmente lo sea, física o moralmente. Me recuerdan a ciertas impurezas contemporáneas que me llenan de tristeza: el divorcio, la homosexualidad, son impurezas porque lo dice una Ley, nada más. Pero la mujer de la historia no sabe esto, ella ciertamente se siente impura, se lo han hecho creer, y lo grave de su situación son los doce años que viene sufriendo la enfermedad. Esta mujer no es pobre, o no lo era hasta que enfermó, tuvo suficiente dinero para hacerse ver por muchos médicos (cf. v.26). Ahora prefiere ver a Jesús. ¿Quién era esta mujer? Eusebio de Cesarea en su Historia eclesiástica dice que la mujer provenía de Cesarea de Filipo (cf. H.E. VII 18,1-3), pero el evangelio apócrifo de Nicodemo, también conocido como Actas de Pilato, nos dice algo más:

“Y cierta mujer llamada Berenice (Verónica) empezó a gritar desde lejos, diciendo: «Encontrándome enferma con flujo de sangre, toqué la fimbria de su manto y cesó la hemorragia, que había tenido doce años consecutivos». Dijeron los judíos: «Hay un precepto que prohíbe presentar como testigo a una mujer»”. Evangelio de Nicodemo o Actas de Pilato VII.

Una última tradición dice que esta Berenice (Verónica) es la mujer que le seca el rostro a Jesús camino a su crucifixión.

¿Realmente ocurrió esta historia? Unos pequeños detalles del relato de Marcos podrían darnos esa respuesta. Según el texto, la mujer dice: «Si logro tocar, aunque solo sea su ropa, sanaré.» (v.28). Los autores leen en esto un rasgo de la historia original: la mujer no conoce a Jesús, ha oído hablar de él, su esperanza no está depositada en el Hijo de Dios sino en el poder que pueda salir de él al tocarlo. Jesús confirma esta sospecha: "se dio cuenta de que un poder había salido de él" (v.30). Estos elementos mágicos de la narración podrían demostrarnos su historicidad si pudiéramos comprobar que Marcos insertó la respuesta de Jesús ("tu fe te ha salvado" v.34), muy común en sus milagros, para suprimir estos elementos. No es magia, es fe. La gente pudo ver en Jesús a un mago, sus tradiciones pudieron conservar esos elementos mágicos (presentes en Marcos y no en los demás evangelios), o Marcos gustaba de narrar los milagros de Jesús en términos mágicos (Meier 1991)

dibujo de cerezo barredo

La hija de Jairo

Existen dos relatos de resurrecciones en el Antiguo Testamento: 1 Re 17,17-24; 2 Re 4,25-37. Se refieren a los profetas Elías y Eliseo. Se piensa que las tradiciones de Jesús sobre resurrecciones tienen su origen en estas historias antiguas, para mostrarnos a Jesús como más poderoso que estos profetas. Jesús realiza varias resurrecciones en los evangelios, siendo el más popular el de Lázaro. La resurrección de la hija de Jairo es particular porque la niña no estaba muerta, murió mientras Jesús corría a sanarla; en la historia de Lázaro, Jesús se niega a ir a sanarlo (cf. Juan 11,6). Otro rasgo interesante del relato de la resurrección de la hija de Jairo es el carácter "revelador" otorgado por la presencia de los tres discípulos de Jesús: Pedro, Santiago y Juan. Ellos tres aparecen únicamente en episodios donde Jesús revela su identidad: la transfiguración (Marcos 9,1-8), la agonía de Getsemaní (Marcos 14,32ss) y la resurrección de la hija de Jairo, por lo tanto es fácil deducir que Marcos buscaba darle a este episodio el carácter de "revelación".   

Otros autores, inquietos por una interpretación de género, encuentran un significado interesante a la historia. La niña tiene doce años, es la edad de la maduración, antes es una niña en formación, ahora será una mujer disponible para el matrimonio, pasará a ser propiedad de un marido, su enfermedad y muerte simbolizan esa pérdida de la libertad, ese sometimiento. Jesús la librará de ese destino, aunque sea solo poéticamente.

Para los estudiosos, el problema de la historicidad de este relato se encuentra en confirmar si este fue, antes, un relato de curación que en el proceso hasta su redacción se convirtió en relato de resurrección. Si no, lo que queda sería una historia increíble de resurrección donde los únicos anclajes a una realidad histórica serían:

El beneficiario del milagro es la hija de Jairo, un sujeto con nombre propio y un titulo: jefe de la sinagoga. No es común que unos datos tan precisos pervivan en estas tradiciones.

La orden de Jesús "talithá kum", en arameo, sugiere que la tradición tuvo un origen arameo, muy cercano al Jesús histórico.

A diferencia de otros relatos (cf. Lucas 7,16; Juan 11,25) en este no hay aclamación cristológica, es decir, los testigos no alaban a Jesús («Es un gran profeta el que nos ha llegado. Dios ha visitado a su pueblo.» Lucas 7,16). Las aclamaciones suelen atribuirse a los evangelistas para darle el sentido a sus relatos.

En v.40 la gente se burla de Jesús. ¿Por qué conservaría Marcos este detalle donde Jesús es objeto de burlas? Jesús reacciona echándolos. ¿Realmente Marcos quiere mostrarnos a este Jesús? No lo haría si no fuera porque la tradición y le recuerdo de la gente tenía grabadas estas actitudes del Jesús histórico.

Pues bien, si el relato tiene origen histórico, ¿qué elementos son realmente históricos? Los autores tienen muchas teorías (la niña estaba en coma y Jesús la despertó; Jesús organizó una farsa junto a sus discípulos para conseguir más adeptos y, como dije antes, en realidad la historia es sobre una curación y luego la transformaron en relato de resurrección) pero desgraciadamente, no se puede saber más.



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Escrito por

Enrique Mesías

Compositor, cantautor y músico. A veces, maestro de escuela. Desenterrar al Jesús histórico es mi pasión desconocida. www.enriquemesias.com


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Notsrí socavado

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