- la cita
"Ellos, por su parte, contaron lo sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Mientras estaban hablando de todo esto, Jesús estuvo en medio de ellos (y les dijo: «Paz a ustedes.») Quedaron atónitos y asustados, pensando que veían algún espíritu, pero él les dijo: «¿Por qué se desconciertan? ¿Cómo se les ocurre pensar eso? Miren mis manos y mis pies: soy yo. Tóquenme y fíjense bien que un espíritu no tiene carne ni huesos como ustedes ven que yo tengo.» (Y dicho esto les mostró las manos y los pies). Y como no acababan de creerlo por su gran alegría y seguían maravillados, les dijo: «¿Tienen aquí algo que comer?» Ellos, entonces, le ofrecieron un pedazo de pescado asado (y una porción de miel); lo tomó y lo comió delante ellos. Jesús les dijo: «Todo esto se lo había dicho cuando estaba todavía con ustedes; tenía que cumplirse todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos referente a mí.» Entonces les abrió la mente para que entendieran las Escrituras. Les dijo: «Todo esto estaba escrito: los padecimientos del Mesías y su resurrección de entre los muertos al tercer día. Luego debe proclamarse en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados, comenzando por Jerusalén, y yendo después a todas las naciones, invitándolas a que se conviertan. Ustedes son testigos de todo esto".
Lucas 24:35-48
- Las comunidades divididas
- Con la presente lectura seguimos desarrollando nuestro comentario sobre las primeras divisiones entre las incipientes comunidades cristianas luego de la muerte de Jesús y que se leen notablemente en las narraciones sobre la resurrección comentadas anteriormente (cf. La Resurrección de Jesús, historia y rivalidades y La incredulidad de Tomás y el propósito de Juan). Los protagonistas de estas disputas serían Simón Pedro, cuya comunidad judeo cristiana, nacida en Galilea y reorganizada en Antioquía, defendía la autoridad del pescador por sobre el resto de los apóstoles; “el discípulo amado”, cuya comunidad constituida seguramente en Samaría, reconoce a este discípulo como el depositario de las verdaderas enseñanzas de Jesús; María Magdalena, cuyas tradiciones estaban tan arraigadas en todas las comunidades primitivas que ningún evangelista puede dejar de mencionarla en sus relatos; Tomás, de cuya comunidad procede el evangelio apócrifo de Tomás y que, según los estudiosos, recoge las tradiciones de alguna pequeña comunidad donde “el incrédulo” era el celoso custodio de los grandes secretos del Maestro. Pues bien, este relato de la aparición de Jesús a sus discípulos según Lucas, tiene también algo que decirnos sobre este aspecto de la vida de los primeros cristianos. El relato está dividido en dos partes: la aparición de Jesús a sus discípulos y su encargo final. Abordaremos brevemente cada parte y luego vamos a lo que nos interesa.
- la aparición de Jesús y el asunto del pescado
Con seguridad Lucas recoge una tradición de la misma fuente que Juan en 20,19-21 (cf. La incredulidad de Tomás y el propósito de Juan): los discípulos está reunidos en una habitación cerrada, Jesús se aparece (según Lucas; Juan dice que Jesús “entra”) en medio de ellos, les dice “Paz con vosotros” (Lucas 24,36 / Juan 20,19), les muestra su cuerpo (“las manos y los pies” según Lucas, “las manos y el costado” según Juan), los discípulos se regocijan (Lucas aumenta que no salen de su asombro y no terminaban de creer). Los autores consideran que tanto Lucas como Juan, en sus respectivos relatos, se enfrentan a la necesidad de convencer a sus lectores de la “realidad física” del resucitado (Fitzmyer 1986), este Jesús es el mismo crucificado a quien se le puede tocar y que además –como lo contará Lucas más adelante- come con sus amigos pan y pescado. Ciertamente, Jesús pide “algo de comer” (v. 41) y sus discípulos le invitan pescado. La crítica histórica se hace dos cuestiones de nivel escolar: ¿cómo un cuerpo glorioso, resucitado, sin necesidades físicas, puede comer pescado? ¿Tenían los discípulos trozos de pescado ese domingo en la noche en Jerusalén (¡!) a muchos kilómetros del mar? Las respuestas son convincentes: el relato no es histórico, es una construcción que apunta al propósito de toda la historia, Jesús está realmente vivo otra vez y su cuerpo es físico; este relato tiene su origen en una tradición recogida, con seguridad, en Galilea, donde el pescado es abundante. Lucas la coloca aquí porque a él solo le interesa conseguir su propósito ya explicado.
- el encargo final
En el siguiente párrafo, Jesús da sus instrucciones finales a sus discípulos. Instrucciones que se organizan en tres frases:
1. “Era necesario que se cumpliesen todas estas cosas que están escritas de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos” (v.44). Lucas inicia su reinterpretación de la figura de Jesús: de él hablaban las Escrituras en su totalidad, mencionando los tres principales conjuntos de la biblia judía.
2. “Entonces les abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras” (v.45). Como parte del proceso de reinterpretación del suceso Jesús, las primeras comunidades cristianas debieron buscar explicaciones sobre la resurrección en las Escrituras.
3. “…fue necesario que el Cristo padeciese y resucitase de los muertos al tercer día; y que en su nombre se predicase el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén” (vv.46-47). Posiblemente Lucas está recogiendo no las verdaderas palabras de Jesús sino un discurso catequético de las primeras comunidades que hablan de Jesús en tercera persona y que resumen lo que seguramente ya había ocurrido cuando Lucas escribió el relato: que los discípulos salieron de Jerusalén a predicar a ese Jesús resucitado.
- un relato para engrandecer a Pedro
Pero lo interesante del relato comienza una sección antes, con la historia de los discípulos de Emaús (Lucas 24, 13-35), que unida con esta nos cuentan lo que no es tan evidente. Recurro nuevamente al análisis de John Dominic Crossan.
La crítica textual halla en estos episodios un relato de estructura concéntrica, es decir que van hacia un punto central y regresan de él. La estructura sería la siguiente:
1. Jesús halla a los discípulos tristes en el camino de Emaús, y les habla acerca de lo que las Escrituras dicen de él. (Lucas 24,13-27). Primer punto: la Escritura.
2. Jesús se queda a cenar con los discípulos, toma, bendice y parte el pan, sus amigos lo reconocen entonces, sus ojos se les abre. (Lucas 24,28-33a) Segundo punto: la cena con pan.
3. Los discípulos corren a Jerusalén a contar lo sucedido, pero otros discípulos se les adelantan y dicen: “El Señor en verdad ha resucitado y se ha aparecido a Simón”, luego los de Emaús cuentan su historia. (Lucas 24,33b-35). Punto central: El Señor se ha aparecido a Simón.
4. Jesús se presenta ante todos, les muestra sus manos y pies, y pide de comer. Come pescado delante de ellos. (Lucas 24,36-43). Regresa al segundo punto: la cena con pescado.
5. Jesús da sus instrucciones retomando la Ley, los profetas y los salmos (Lucas 24,44-46). Lucas regresa al punto inicial: la Escritura.
Según Crossan, esta es una estrategia para, deliberadamente, subrayar la primacía de Simón Pedro por sobre el resto de los discípulos de Jesús. Los discípulos de Emaús no tienen nombre, no reconocen a Jesús, así como los discípulos de Jerusalén, ven a Jesús pero no creen, no salen de su asombro; Jesús come con ellos, pan con los de Emaús, pescado con los de Jerusalén, para demostrarles que es él verdaderamente. Pero la figura central del relato es Simón Pedro: su testimonio sí es verdadero, el Señor está vivo y se le ha aparecido a él.
Las pugnas entre las comunidades cristianas primitivas por abanderarse como las protectoras de las auténticas enseñanzas de Jesús, reveladas en estos relatos de la resurrección, continuarán hasta bien entrado el siglo II.
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Publicado: 2015-04-17
Escrito por
Enrique Mesías
Compositor, cantautor y músico. A veces, maestro de escuela. Desenterrar al Jesús histórico es mi pasión desconocida. www.enriquemesias.com
Publicado en
Notsrí socavado
Reflexiones sobre el origen de los textos evangélicos. Ciencia e historia. Quienes quieran leer doctrina que vayan a misa.