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La entrada de Jesús en Jerusalén, crítica histórica

El relato del Mesías político y el cumplimiento de una profecía

Publicado: 2015-03-27
¿Es histórico el relato de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén? Tal vez los evangelistas construyeron un relato para hacer cumplir una profecía sobre el Mesías. Así empezamos a celebrar la Semana más importante del cristianismo.
La cita
"Cuando llegaron cerca de Jerusalén, junto a Betfagé y Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos y les dijo: —Id a la aldea que está frente a vosotros, y cuando hayáis entrado allí, en seguida hallaréis atado un borriquillo sobre el cual ningún hombre ha montado. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os dice: "¿Por qué hacéis eso?", decidle: "El Señor lo necesita, y luego lo enviará aquí otra vez." Ellos fueron y hallaron el borriquillo atado a la puerta, afuera, en la esquina de dos calles; y lo desataron. Algunos de los que estaban allí les dijeron: —¿Qué hacéis desatando al borriquillo? Ellos les dijeron tal como Jesús les había dicho, y les dejaron ir. Trajeron el borriquillo a Jesús y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. Muchos tendieron sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles. Los que iban delante y los que le seguían aclamaban: —¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino venidero de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!"
Marcos 11:1-10
Cuándo y cómo

Con este relato damos inicio a la Semana Santa. El Domingo de Ramos nos muestra a un Jesús preparándose para su etapa final en Jerusalén, ingresando a la gran ciudad montado en un pollino y siendo aclamado por el pueblo que lo reconoce como Mesías. Como siempre Marcos deja en claro el tiempo y el espacio de lo que va a acontecer: se deduce que este episodio ocurre el domingo anterior al jueves de “el primer día de la fiesta” (Marcos 14,12), puesto que Marcos organiza todo el proceso de la última estancia de Jesús en Jerusalén en una semana exacta, dándole a cada día un acontecimiento diferente. Los demás evangelistas retoman la idea de la “semana de Jesús en Jerusalén”, pero son menos precisos que Marcos; sin embargo hay que decir que varios autores creen que los sucesos de esa semana no pudieron ocurrir sino en un tiempo más extendido –seis meses propone Piñero (2012)-, por lo que el relato de la entrada triunfal en Jerusalén pudo ocurrir en septiembre, cuando se celebraba la Fiesta de los Tabernáculos y en donde se traían palmas de fuera para la gran celebración. 

Marcos menciona tres lugares para ubicar su narración, él quiere ser lo más riguroso posible. Betfagé, llamada la villa de los higos, era un lugar obligado en el camino de Jericó a Jerusalén, aunque los arqueólogos no han hallado rastros de él. Se supone que fue un pequeño pueblo, o un recinto situado a las afueras de la gran ciudad. Betania se encontraba apartada del camino de los peregrinos a Jerusalén, de modo que desde la ciudad no se la podía ver, y por los hallazgos en los sepulcros antiguos, se asegura que era un pueblo donde habitan galileos. El monte de los Olivos está situado al este de Jerusalén y del valle del Cedrón, antiguamente crecían allí muchos olivos, convirtiéndose en un generador de riqueza para la ciudad. Ahora existen solo “cementerios, jardines y edificios” (Gnilka 1979).

dibujo de cerezo barredo

El burrito de la profecía

Por primera y última vez aparece Jesús montado en un animal. Envía a dos de sus discípulos a una aldea por el burrito. El origen de esta imagen lo hallamos en Gen 49,10-11: 

“El cetro no será quitado de Judá, ni la vara de autoridad de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y le obedecerán los pueblos. Atando a la vid su borriquillo y a la cepa la cría de su asna, lava en vino su vestidura y en sangre de uvas su manto”.

Y en Zacarías 9,9-10:

“¡Alégrate mucho, oh hija de Sion! ¡Da voces de júbilo, oh hija de Jerusalén! He aquí, tu rey viene a ti, justo y victorioso, humilde y montado sobre un asno, sobre un borriquillo, hijo de asna”.

Esta evocación del Antiguo Testamento hace difícil pensar que “la entrada triunfal” se trate de un hecho histórico, aunque el criterio de múltiple atestiguación (varias fuentes aseguran que ocurrió) así lo indiquen. El asno de Jesús debe ser además digno de un Rey, por eso “ningún hombre ha montado” (v. 2) sobre él; también una profecía del Antiguo Testamento así lo aclara:

“Tomará a vuestros siervos, a vuestras siervas, vuestros mejores bueyes y vuestros mejores asnos para ocuparlos en sus obras. También tomará el diezmo de vuestros rebaños, y vosotros mismos seréis sus siervos” (1 Samuel 8,16s).

En v. 3 Jesús se llama así mismo “Señor”; es un versículo especial para los estudiosos porque es la única vez en este evangelio que así lo hace. Jesús no es el rey tirano y abusivo, su mesianismo es de carácter bondadoso y justo, toma al burro prestado, lo devolverá después, tal vez sea el único sustento de su dueño. Ponen sus vestidos sobre el animal y también sobre el suelo que ha de pisar; nuevamente resuenan las palabras del Antiguo Testamento:

“El sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías hijo de Joyada, los quereteos y los peleteos descendieron e hicieron montar a Salomón sobre la mula del rey David y lo condujeron a Guijón. Entonces el sacerdote Sadoc tomó del tabernáculo el cuerno de aceite y ungió a Salomón. Luego tocaron la corneta, y todo el pueblo gritó: —¡Viva el rey Salomón! Después todo el pueblo subió tras él. La gente tocaba flautas y se regocijaba con tal regocijo que la tierra se partía con el estruendo de ellos” (1 Reyes 1,38-40). 

Los mantos sobre el suelo son señal de respeto, no es novedad en Israel:

“Entonces tomaron rápidamente cada uno su manto y lo tendieron debajo de Jehú sobre las gradas desnudas. Luego tocaron la corneta y proclamaron: —¡Jehú reina!” (2 Reyes 9,13). 

Las aclamaciones de la gente tienen su origen en el Salmo 118: 

“Te rogamos, oh Señor, sálvanos ahora (Hosanna); Te rogamos, oh Señor, prospéranos ahora. Bendito el que viene en el nombre del Señor; Desde la casa del Señor los bendecimos”.
el Mesías político y guerrero

La pregunta es: ¿Jesús se siente Mesías? La gente lo reconoce como Hijo de David, y este título, según el imaginario judío de la época, sería un guerrero que derrotaría a los enemigos de Israel y restauraría su poder y gloria. Si Jesús conocía la profecía de Zacarías (cf. 9,9-15), y quiso cumplirla entronizándose en Jerusalén montado en un burro –los expertos piensan que este acto fue político y planificado-, es porque esperaba que las muchedumbres lo aclamen como a ese Mesías esperado. Pero, ¿cómo un hombre pobre, sin armas, que pregona el amor, podría llegar a ser un Mesías? Al parecer Jesús tiene una concepción diferente: él es el Mesías que colaborará con Dios en la instauración de su Reino, que finalmente es el mismo Dios quien lo hace.


También puedes leer:

*Unos griegos vienen a buscar a Jesús y este no los recibe. ¿Quiénes eran y por qué aparecen allí, en esta historia? ¿qué relación tiene esta historia con la agonía de Jesús en Getsemaní?

*El famoso discurso que Jesús dice a Nicodemo acerca de la salvación de los hombres, tal vez nunca fue dicho por Jesús sino por una comunidad de cristianos posteriores.

*¿Jesús fue un sedicioso anti-romano o anti-clerical judío? ¿fue la escena de los comerciantes del Templo un acto religioso o político?


Escrito por

Enrique Mesías

Compositor, cantautor y músico. A veces, maestro de escuela. Desenterrar al Jesús histórico es mi pasión desconocida. www.enriquemesias.com


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Notsrí socavado

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