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Los griegos que buscan a Jesús y él no los recibe

Un relato sobre la vida y la muerte, y la salvación de las almas

Publicado: 2015-03-20
Unos griegos vienen a buscar a Jesús y este no los recibe. ¿Quiénes eran y por qué aparecen allí, en esta historia? ¿qué relación tiene esta historia con la agonía de Jesús en Getsemaní? Aquí les contamos lo que dicen los autores.
La cita
Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta. Ellos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaban diciendo: —Señor, quisiéramos ver a Jesús. Felipe fue y se lo dijo a Andrés. Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús. Y Jesús les respondió diciendo: —Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. De cierto, de cierto os digo que a menos que el grano de trigo caiga en la tierra y muera, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; pero el que odia su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estoy, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará. »Ahora está turbada mi alma. ¿Qué diré: "Padre, sálvame de esta hora"? ¡Al contrario, para esto he llegado a esta hora! Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: "¡Ya lo he glorificado y lo glorificaré otra vez!" La multitud que estaba presente y escuchó, decía que había sido un trueno. Otros decían: —¡Un ángel le ha hablado! Jesús respondió y dijo: —No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa vuestra. Ahora es el juicio de este mundo. Ahora será echado fuera el príncipe de este mundo. Y yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo. Esto decía dando a entender de qué muerte había de morir.
Juan 12:20-33
Los griegos que desaparecen

Cuando los estudiosos se preguntan si Jesús fue un nacionalista, un predicador exclusivo para Israel que pensaba que el Reino de Dios estaba reservado principalmente para judíos, echan mano de algunos textos donde Jesús desprecia a los gentiles (hombres y mujeres de otras naciones). Este pequeño texto (Juan 12, 20) es frecuentemente utilizado. Unos griegos vienen a buscar a Jesús y este no los recibe. Ciertamente el relato no dice que Jesús acepte hablar con ellos, los griegos desaparecen de la escena tan solo dejándonos conocer su interés por el predicador. ¿Quiénes eran y por qué aparecen allí, en esta historia? 

La mayoría de autores piensa que se trata de griegos prosélitos, es decir extranjeros no judíos, y no de judíos que hablan griego; griegos temerosos de Dios, que posiblemente oyen la fama de Jesús y quieren conocerle. Se acercan a Felipe, que tiene nombre griego, proviene de una zona de Galilea donde viven muchos griegos (Betsaida occidental), y con toda seguridad habla griego. Felipe comenta con Andrés la situación y ambos se dirigen a Jesús para hacerle saber la petición de los griegos. Hasta aquí podemos considerar un relato histórico cuyo desenlace, tristemente, fue olvidado. ¿Si la historia no se recordaba completamente, por qué Juan la pone aquí?

La teoría más aceptada es la de la motivación teológica. Juan entiende la misión de Jesús como universal, Jesús viene a salvar a todas las naciones, no solo a Israel, pero a él no le corresponde atraer ahora a los gentiles, lo harán sus discípulos en la misión –los griegos se acercan a Jesús a través de Felipe y Andrés-. Pero la llegada de los griegos es una señal. En el evangelio de Juan hallamos a Jesús aclarando en varias ocasiones que “aún no ha llegado su hora” (2,4; 7,30; 8,20), “la hora” (v. 23) no es el tiempo sino su glorificación: su muerte y resurrección, su ascensión al Padre. Los griegos son parte del “otro redil” a quienes Jesús viene también a llamar:

"También tengo otras ovejas que no son de este redil. A ellas también me es necesario traer, y oirán mi voz. Así habrá un solo rebaño y un solo pastor” (Juan 10,16).

La llegada de los griegos preguntando por Jesús es la señal de que es “la hora” de reunirlos a todos.

Getsemaní dispersado

A partir del versículo 23 Jesús predica un discurso que, al parecer, fue construido a partir de algunas sentencias que la comunidad de Juan recordaba, y que explican el contenido de “la hora”. Se piensa que los versículos 23, 27 y 28 fueron una sola sentencia: 

23 Y Jesús les respondió diciendo: —Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. 27 Ahora está turbada mi alma. ¿Qué diré: "Padre, sálvame de esta hora"? ¡Al contrario, para esto he llegado a esta hora! 28 Padre, glorifica tu nombre.

Tiene sentido. Los autores encuentran, entonces, una enorme similitud de este texto con la agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní narrada por los evangelios sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas):

v. 23: “Ha llegado la hora” (Marcos 14,41)

v. 27: “Mi alma está triste” (Marcos 14,34); leer también Salmo 42,5

v. 27: “Padre, aparta de mí este cáliz” (Marcos 14,35-36)

v. 28: “Hágase tu voluntad” (Mateo 26,42)

La pregunta que se cae de madura es: ¿qué significa esta coincidencia impresionante? Pues bien, los estudiosos han buscado una explicación: Juan no narra en su evangelio la agonía de Jesús en Getsemaní, pero ha dispersado a lo largo de su narración evangélica estas palabras de Jesús para que no caigan en el olvido. Sin embargo, otros autores proponen lo contrario: ¿Quiénes pudieron oír las palabras de tristeza de Jesús en Getsemaní? El texto dice que sus discípulos dormían a cierta distancia, ¿quién pudo recordar sus palabras tal vez dichas interiormente mientras Jesús oraba? La solución planteada es la que cree que estas palabras fueron dichas por Jesús en algún contexto ahora desconocido y que los evangelistas (Marcos y Juan) las colocaron donde ellos pensaron que alcanzaban su mayor sentido.

dibujo de cerezo barredo

tres sentencias unidas por un sentido

La sentencia reconstruida 23, 27 y 28 es interrumpida por los versículos 24, 25 y 26. Cada uno es un dicho de Jesús guardado en la memoria de los primeros cristianos, y que unidos nos explican la “receta” de la salvación de los hombres. 

v. 24: “De cierto, de cierto os digo que a menos que el grano de trigo caiga en la tierra y muera, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”.

Es una parábola. En el evangelio de Marcos hay tres relatos sobre “los granos” (Marcos 4,30s; 4,1s; 4,26s); en la antigüedad el grano simbolizaba la fe en la resurrección. Hay un eco de Isaías 55,10s, la palabra de Dios que empapa, fecunda y hace germinar la tierra. La muerte de Jesús es la puerta para la entrada de los hombres a la vida eterna. De esa muerte germina la vida.

v. 25 “El que ama su vida, la pierde; pero el que odia su vida en este mundo, para la vida eterna la guardará”.

El paralelo es Marcos 8,35:

“Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará”.

Si en v. 24 Jesús entrega su vida por los hombres, en v. 25 les toca a los hombres sacrificar su vida por los demás.

v. 26 “Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estoy, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará”.

Marcos 8, 34 es el paralelo:

“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”.

Los sinópticos hablan del servicio a los demás (Lucas 22,27; Marcos 9,35). Juan habla de servir a Jesús. "El Padre le honrará" tiene el mismo significado de v. 25: la vida eterna es el premio.

Finalmente queda precisar pocas cosas. En v. 31: “Ahora es el juicio de este mundo. Ahora será echado fuera el príncipe de este mundo”, la “hora” de la glorificación de Jesús es también la hora en que Satanás perderá toda su influencia sobre la tierra. Si bien Jesús vence a Satanás en esa hora, corresponde a cada cristiano vencer a Satanás en todas las horas de su vida (1 Juan 5,4). Y en v. 32: “Y yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo” es nuevamente un eco del poema del siervo sufriente Isaías 52, 13s: 

“He aquí que prosperará mi Siervo, será enaltecido, levantado y ensalzado sobremanera”.




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Escrito por

Enrique Mesías

Compositor, cantautor y músico. A veces, maestro de escuela. Desenterrar al Jesús histórico es mi pasión desconocida. www.enriquemesias.com


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Notsrí socavado

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